El pasado día 20 de noviembre, junto con las elecciones generales en España, se celebraba a nivel internacional el día mundial de la infancia, día que tiene como finalidad el poder luchar contra la pobreza infantil y garantizar los derechos del niño, así como promover el bienestar de los niños en el mundo entero. La fecha fue marcada a raíz de la firma en el año 1959 de la Declaración de los derechos del niño, documento que recoge, con caracter internacional, la protección que esta parte de la sociedad ha de tener garantizada para su correcto desarrollo y crecimiento.
Los niños son la parte más vulnerable de la sociedad dada su dependencia y su inocencia. Además son los adultos del mañana, con lo que atender sus necesidades es garantizar un futuro mejor para ellos y para la sociedad en general. Muchos son los derechos vulnerados de la infancia, y más aún cuando hablamos del tercer mundo: pobreza, desnutrición, falta de recursos escolares, déficit sanitario, un sistema educativo escaso y de poca calidad, trabajo infantil. Todo ello, además de marcar su presente está lapidando su futuro. Pero incluso dentro de este estrato social, no es lo mismo ser niño que niña, estas segundas aún tienen menos privilegios, si es que algún día llegan a tener la oportunidad de tener una infancia.
En algunos países, tal es la falta de recursos y de oportunidades para la infancia, que muchos de ellos no tienen ni el derecho a existir, a estar registrados en el registro civil del país, con lo que tampoco tienen acceso a los pocos servicios que les otorga su país. Es lo que desde la ONG Intervida bautizaron como «Derecho a existir». Sin constar en esos registros, las estadísticas de los países en vías de desarrollo son erróneas y, además, llegado el momento de solicitar el acceso a servicios tales como la educación (por fortuna algunos países ya están consiguiendo garantizar el derecho a una escolarización), son denegados por «inexistentes». Suena duro, ¿verdad? Pues imaginar tener que vivirlo en vuestras propias carnes.
Pero la pobreza infantil no existe únicamente en los países en vías de desarrollo. Según denuncian varias ONGs, en España uno de cada cuatro pequeños vive en riesgo de exclusión social: la crisis, la inmigración, la falta de recursos, la reducción de la partida presupuestaria gubernamental dirigida a la erradicación de la pobreza, y una sociedad más desestructurada está haciendo subir las estadísticas. ¿Qué comporta la pobreza? Desnutrición, que revierte negativamente en los resultados escolares, con lo que ya se está poniendo en peligro su desarrollo profesional futuro y su fuente de ingresos; además, los casos de pobreza generan desestructuraciones familiares, siendo más propensos a padecer maltrato infantil; una vez alcanzan la edad de poder trabajar, estos niños suelen abandonar sus estudios para colaborar económicamente al sustento del núcleo familiar, con lo que nuevamente se vuelve a poner en riesgo su desarrollo futuro.
Con este post quiero sobre todo remarcar los siguientes puntos:
1. La vulneración de los derechos del niño: nutrición, infancia digna, educación, sanidad y garantías de un futuro digno.
2. El incremento procupante de los niños y niñas que viven por debajo del umbral de la pobreza, y de los que están en riesgo de exclusión social.
3. La pérdida de derechos sociales y ayudas públicas en aras de revertir esta situación. Desde la sociedad hemos de actuar colaborando con los diferentes actores sociales para que puedan continuar con su labor de ayuda a esta parte de la sociedad.
4. El no cumplimiento de los Objetivos Del Milenio.
Si no somos capaces de cuidar a los niños y niñas, que serán nuestro futuro, ¿qué futuro podemos esperar?
Por una infancia digna, consciénciate.
Saludos,
Mario.
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