Pues sí, era cuestión de tiempo y de presión internacional para que el gobierno de Japón elevase la clasificación del accidente de Fukushima a nivel 7, el mismo que Chernóbil, y eso pese a las constantes reiteraciones de que un reactor «occidental» no podía llegar a producir una catástrofe como la de Ucrania.
¿Qué implica alcanzar este nivel? El nivel 7, «accidente grave» supone, según la descripción oficial, “Efectos generalizados en la salud y el medio ambiente. Liberación externa de una fracción considerable del inventario del núcleo del reactor”.
No tan solo me preocupa el nivel alcanzado sino que se permita a un gobierno mentir sobre la gravedad del accidente.
¿No va siendo hora de plantearnos nuestro futuro energético de forma urgente?
Aprovecho para redirigiros a otro post que hice al respecto de nuestra dependencia energética y nuestra responsabilidad personal en el desastre de Fukushima. Clica aquí para acceder.
Saludos,
Mario
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